
Esta es una reliquia para mí, quienes fuimos al estadio aquella noche sabemos que fue una amarga victoria 3-2 y la quedamos porque en Río habíamos marchado 3-0, pero yo estaba feliz porque por única vez en la vida fui contigo y mis hijos a alentar al carbonero, y una de las cosas más emocionantes fue sentir al bambino más chico, nacido a 12.000 km de allí, sumarse al coro de aliento y saltar y gritar los goles... en fin, un sentimiento en el que vos mucho tenés que ver! Gracias viejito por habernos hecho MANYAS!!!
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