Nuestros Queridos Viejitos: Gurises y la Muerte

Nuestros Queridos Viejitos

Este sitio pretende ser un homenaje viviente a Don Orestes José Della Mea Pesamosca y su esposa, Doña Diver Edit Gaitán Ruibal de Della Mea, continuando en forma cibernética con una de sus grandes pasiones... juntar en su casa y en libertad, la mayor cantidad de familiares y amigos posible para compartir momentos de vida.

31 enero 2006

Gurises y la Muerte

Hace unos días hablé por teléfono con tu amada, quien me contó un episodio, que empezó como un simple berrinche de mi sobrinito más chiquito, Renzo, porque quería verte y terminó haciendo llorar a toda su familia, no porque alguien se haya lastimado, sino porque la herida abierta por tu partida aún está fresca y replantea el siempre difícil problema para los padres de explicar la muerte a los niños. Se puede recurrir al aspecto biológico del asunto y definirla simplemente como ausencia de actividad vital del cuerpo, o según la religión afirmar que el alma abandona el cuerpo para dirigirse al "Más Allá" porque el "Ser Supremo" así lo ha determinado, pero desarrollar cualquiera de estos dos conceptos implica mostrar nuestra más absoluta humana impotencia frente a fuerzas superiores, que determinan este hecho al que no nos podemos oponer, y más tarde, como consecuencia, nuestra aceptación y resignación. Y te digo la verdad, yo hace tiempo que dejé de ser niño, y todavía me cuesta esta última parte. Este relato me hizo recordar algo que pasó a fines del 1960, cuando perdí a mi abuelo Gregorio, que vivía con nosotros en casa y con quién eramos muy compinches, yo tenía más o menos la edad que Renzo tiene ahora, y aquel día me llevaron a jugar con mi primo Umberto y me dijeron que me quedaba a dormir en su casa, cosa que yo nunca había hecho antes, por lo que yo disfruté de los juegos sí, pero siempre pensando que abajo de la piedra tenía que estar el cangrejo. Evidentemente, apenas volví a casa, al no ver al abuelo pregunté por mi querido "viejo chancho" (como yo lo llamaba!), y, en vez de afrontar el argumento seriamente, me dieron una respuesta provisoria diciéndome que se había ido por un tiempo a Florida, yo no sé si tuve berrinches o manifesté alguna forma de desesperación, pero sí me acuerdo que, siendo yo uno que se guarda todo adentro, pensaba qué cosa tan grave le habría hecho yo, para que se hubiera ido así tan lejos y sin despedirse. A los pocos días, no sé como, apareció en mi cuarto un calendario del 1961 con un mapa del Uruguay, y mi preocupación era ver donde estábamos nosotros (Montevideo), y donde cuernos era esta Florida, guardando toda esta información y esperando, las vueltas del destino quisieron que después de un tiempo, no tengo idea de cuánto, vos hubieras decidido llevar a la familia en la famosa "Chevrolet '28" carrozada con listones de madera a... Florida!! Pero, no era allí que se había ido el "viejo chancho"?, vamos a verlo entonces? y, en vez de resolver con una respuesta definitiva, me dieron otra provisoria diciendo que se había ido a Tacuarembó (donde él había nacido!) y otra vez a sufrir y a mirar en el mapa cuánto lejos era este otro lugar. No recuerdo cuándo ni cómo me enfrenté a la verdad, ni si me quedaban o no lágrimas para llorarlo después de todos los sentimientos de culpa que me habían provocado "sus" escapadas sin despedirse, yo era muy chico pero sí puedo jurar que me acuerdo de cada una de estas sensaciones que he relatado y del lógico resentimiento sucesivo contra quienes ocultando la verdad, por más buenas que fueran sus intenciones, opacaron temporalmente el recuerdo de uno de los amores más puros que existen: el amor nieto-abuelo. Visto que Renzo era tu compinche que te llevaba al Submarino Peral de jodita, y en unos meses te hubiera llevado a recorrer la Ciudad Vieja en busca de aventuras de otro tipo, espero que mi hermano y mi cuñada no se escuden en respuestas provisorias y le hagan entender sobretodo que lo que pasó no es tu culpa, que la Coca-Cola se puede comprar en el supermercado y que para el recorrido de la Ciudad Vieja este tío ya está viejito, así que tendremos que hablar con el tío Pancho.

Agregar un nuevo comentario

<<-- Volver a la página principal