Nuestros Queridos Viejitos: ¿Y como se sigue jugando?......

Nuestros Queridos Viejitos

Este sitio pretende ser un homenaje viviente a Don Orestes José Della Mea Pesamosca y su esposa, Doña Diver Edit Gaitán Ruibal de Della Mea, continuando en forma cibernética con una de sus grandes pasiones... juntar en su casa y en libertad, la mayor cantidad de familiares y amigos posible para compartir momentos de vida.

02 febrero 2006

¿Y como se sigue jugando?......

Hace tiempo que quería escribir pero me sigue resultando difícil hacerlo. Sigue siendo duro acostumbrarnos a no vernos, escucharnos, besarnos, abrazarnos….sin embargo te sentimos vivo en cada uno de nosotros. Y así pasamos estas fiestas de fin de año (aunque nos cueste llamarlas así) manteniendo el espíritu de familia que supiste enseñarnos con el ejemplo. Y el 24 y el 31 a pesar de no verte, estuviste cada minuto al lado de cada uno de nosotros y tratamos de seguir con tus ritos en una especie de inconfeso homenaje. Y aunque muchos la pudimos estar viendo, la Nona fue la primera que pateó la pelota y juntando fuerzas de donde no hay, decidió reunir el 31 a toda la familia en la calle Caldas como tú siempre quisiste e hiciste. Y estuvimos con tu fuego, en tu templo, en tu parrillero. Seguramente el medio lechón que asé temprano al mediodía y las colitas de cuadril que asaron el Panchito y el Pulga por la noche no quedaron como vos las hacías pero fueron hechas con amor y siguiendo tu consejo “Las cosas que se hacen con amor quedan bien”… En un momento de la noche tu querido Pulguita desapareció de la parrilla y sin que nadie lo viese se encerró en el galpón, Ivana lo encontró llorando y llorando por no poder creer todavía lo sucedido y no convenciéndose que no hubieras aparecido por la parrilla para rezongarlo porque estaba arrebatando la carne o dejándola sin brasas, códigos que todos aquellos que compartimos contigo sabemos lo caros que nos significan. Y así seguimos todos viviendo aun no sabiendo como pararnos en la cancha, nos expulsaron injustamente a nuestro Capitán (aunque este pensamiento al Barbita le pueda llegar a disgustar). Uno tiene tantas dudas en como se sigue jugando a esto de vivir el día a día y resulta que ni siquiera tenemos el papel con las instrucciones, solo podemos confiar en nuestro instinto, en las enseñanzas que nos has dado, en el apoyo de la familia, aunque a veces uno se sienta como un arquero frente a frente con Nelinho en un tiro penal. El 6 de enero fue el día de Reyes con sus alegrías y tristezas, la inocencia de Renzo nos hizo levantar temprano a las cinco y media de la madrugada (shicoemeia como decía el Fede cuando era chico) con su euforia de ver los regalos al costado de los zapatos. Y así se levantó la familia y apenas clareó el día en una madrugada plomiza, salimos afuera a jugar con un lanzador mecánico de un muñequito con hélices que los Reyes me dejaron. (Uno siempre conserva a un niño adentro y en momentos como los que nos toca vivir desea tanto volver a serlo y revivirlo ) Al lanzarlo y darnos vuelta para ver hacia donde iba vimos un hermoso arco iris que quedamos contemplando. Les dije a los gurises que el Nono lo había prendido en el cielo para celebrar el día de Reyes y que era el regalo para nosotros y ahí estuvo presente durante diez o quince minutos. Renzo gritó “Gracias Nono”, él y Luca pusieron sus puños cerrados junto a la boca, le dieron un beso y con fuerza lo impulsaron hacia arriba, esas “bombas de besos” como les llamamos sabemos que las recibís directamente. Luego Ivana me enteró que solo unos días atrás Renzo le anduvo preguntando e incomodando con su estilo cargoso de “mosca de tambo”que quería ver un arco iris. O sea, ¿vos lo escuchaste y le pediste permiso al Barbita?.... y te dejó prenderlo por un ratito.. Era el día que llevabas a todos los nietos al Parque Rodó y vos te convertías en un gurí más entre ellos. La Nona nos lo hizo recordar. Luego Luca estuvo llorando y recordando que su Nono era el que siempre lo apoyaba y acompañaba a subir a la Rueda Gigante y ahora ya no tenía con quien ir. Aunque no sea lo mismo para tu nieto y gran amigo, voy a tomar el lugar en la silla de la Rueda aunque esta se queje por mis cien y pico largo de kilos. Y aunque yo sé que no será lo mismo para Luca que vivía intensamente compincheando esos “ratos de abuelo”, sé que cuando nos detengamos allá arriba vamos a hacerte un lugarcito en la silla. El 14 de enero se cumplió el mes, y tus compañeros del grupo de viaje te realizaron un homenaje a las 8 y 30 de la mañana. El sábado amaneció gris y con lloviznas tal como nuestros corazones pero eso no fue obstáculo para que se reunieran frente al 331 tus amigos y toda tu familia. Y en un sencillo homenaje donde hablaron Rubén y Nené y colocaron una placa de mármol donde se lee Orestes, Querido amigo; Los integrantes del grupo de viaje, siempre te recordaremos 14 diciembre de 2005 14 de enero de 2006 Durante todo el acto la llovizna cesó o no sé si se volvió imperceptible para nosotros, hasta permitir despedirnos. Estando aun por salir del cementerio comenzó ya a llover fuerte y luego cada vez mas y mas hasta convertirse en una verdadera bomba de agua. Yo sé que esto fue obra directa del propio Barbita que nos permitió esa media hora de poder estar todos juntos. Tu querido compañero en las parrillas Julio ( “el manteca”) se vino directamente con uno de los taxis en los que trabaja, “me querían dar uno con la propaganda de Vascolet, ¿Cómo voy a andar por la calle y a venir con ese? De ninguna manera les dije” y se vino con otro con la propaganda de Vats 69. Le comenté que ese te cae mal, recordando la descompensación (cariñosamente cuetito) que te agarraste cuando se casó el Robin con Sonia. Ese Chevrolet 56 viajó como quien dice con piloto automático desde la calle Bérgamo a Caldas y recuerdo que al llegar la Nona cerró la puerta del living para atenderte. Con el pasar del tiempo, vinieron mil cariñosos reproches y puteadas pero en su momento, como siempre, tu gordita estuvo al pie del cañón con balde y todo y tratando de evitar que la imagen del padre en cuete se ganara entre los hijos. En estos días estoy de licencia estamos yendo con Ivana y los gurises a la playa del Auditorio a “pegar unos maderazos”, lo hacemos bien tempranito como solía hacerlo tu “familia chiquita” cuando la Commer enfilaba a la playa del Bristol. Y trato de disfrutar al máximo los gurises ¿te hace recordar a alguien?, incluso de sus “calenturas” y berrinches playeros , ¿te hace recordar a alguien? Anteayer estábamos casi retirándonos cuando aparece el Luigi y me hizo trasportar a aquella época de oro cuando los Della Mea Palumbo nos llegaban tarde a la Bristol, y los Della Mea Gaitán nos íbamos de cara larga porque nos teníamos que ir “casi” sin haber podido jugar con los primos (aunque nunca era menos de una hora de compartir, siempre nos resultaba sanamente escaso ese tiempo). La historia vuelve a repetirse aunque con otros argumentos, ahora es la capa de ozono que nos obliga a irnos, antes era desde nuestra perspectiva, el odiado Ottado y Garrido que nos reclamaba a nuestro papá y nos impedía jugar el “picado” mas grande con los primos y el tío Carlín. Solo después de mucho tiempo comprendimos que no era solo un trabajo para vos, era parte de tu vida y entonces aprendimos a poder compartirte y disfrutar los pequeños o extensos momentos que podíamos pasar todos juntos. Discúlpenme el desorden , pero como comente mas arriba se me han volado las instrucciones.

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