Nuestros Queridos Viejitos: EL SENTIMIENTO

Nuestros Queridos Viejitos

Este sitio pretende ser un homenaje viviente a Don Orestes José Della Mea Pesamosca y su esposa, Doña Diver Edit Gaitán Ruibal de Della Mea, continuando en forma cibernética con una de sus grandes pasiones... juntar en su casa y en libertad, la mayor cantidad de familiares y amigos posible para compartir momentos de vida.

03 marzo 2006

EL SENTIMIENTO

Esta entrada al blog del Viejo era algo que le y nos debíamos y no puede ser otra cosa que su amor trasmitido por él y através de todos sus seres queridos al glorioso Club Atlético Peñarol.
No encaré antes este tema porque quería encontrar esta foto del invierno de 1991 en la que el Viejo posa orgulloso con su nieta Luciana y por estar flameando al fondo la bandera del glorioso. Esa bandera flameó durante todo ese año, día y noche, celebrando los primeros cien años de nuestro amado club. A los pocos días de 1992 al ser bajada le dijo a todos sus seres queridos donde se iba a guardar y que cuando le tocara la hora quería que este símbolo de un sentimiento tan puro se fuera con él. Así se hizo y la bandera, su bandera, está con él para siempre.
Que decir de sus enseñanzas y vivencias trasmitidas a través de los años sobre el aurinegro, son tantas. . . Que los reyes nos dejaron un futbolito a los tres hijos y de un lado estaba Peñarol y del otro River Plate argentino porque él se encargó, con gran paciencia y amor peñarolense, de pintar una franja roja cruzada con esmalte de uñas que su amada con gusto le proporcionó para tan noble fin. "No vaya a ser que alguno se embale por ganar dos partidos seguidos con esos y se quiera hacer hincha" decía. Aquel toldo con una compleja armazón de madera que llevaba en la Commer o el Chevrolet cuando se iba al estadio y llovía para no mojarnos, pero plantearse irse o no ir por una simple lluvia no cabía en la cabeza de ninguno, como faltar a algo tan sagrado como ir a ver a Peñarol. Y como siempre el Viejo nucleando a la mayor cantidad de familia. Los Della Mea Palumbo cuando vivían en Mac Eachen sirviendo de guardianes del vehículo y yendo todos caminando al estadio y después de la mudanza a Concepción del Uruguay yendo a buscarlos... Hay muchas más, pero esto es solo el comienzo de este capítulo fundamental en su Familia en la cual Peñarol era, es y será un miembro más.
Ojalá nosotros tengamos su capacidad para trasmitir, aunque parezca superfluo, lo importante de los sentimientos a través del amor que profezamos a nuestro cuadro. Creo es lo más importante que el viejo me enseñó y es que lo que realmente se ama se lo quiere como es, en las buenas y en las malas, y no pasa por el razonamiento. Que cuando el razonamiento comienza a cuestionar lo que uno siente es un bajón pasajero y debemos continuar, porque en lo razonable no entran los sentimientos. Y PEÑAROL no se razona solamente se lo quiere.
Algunas veces alguien me cuestionó y que yo había coaccionado a mis hijos para que fueran manyas. Nunca hice eso, ellos solamente vieron mi amor y sobretodo el del Viejo por Peñarol y resolvieron solos, con el corazón, de que cuadro serían. En el 1997 fuimos a la Amsterdam Luciana(10), Federico(5) y yo. Perdimos en la hora 3 a 2 con Defensor y nos íbamos muertos poque se hacía más que complicado poder ganar el quinquenio. En las afueras del Estadio, bajando las escaleras hacia la calle, callados ibamos y desde el Estadio comenzaron a cantar los de la hinchada. Federico se dió vuelta, me miró y me preguntó: ¿Por qué cantan si perdimos? Contesté: Ahora es cuando hay que ser más hincha, porque cuando se gana es fácil serlo. Siguió caminando y comenzó a cantar: Peñarool, Peñarooool y lo seguimos la hermana y yo. Desde ese día se que mis hijos realmente entendieron lo que los sentimientos son y lo que se quiere se defiende de lo de afuera siempre aunque a veces no sea lo mejor y en la interna lo conversemos para lograr superarnos, pero siempre unidos. Pero esa persona que cuestionaba esto seguramente sigue sin entenderlo, pobre.
Bueno me he extendido demasiado para ser un primer capítulo sobre un punto tan importante en la Familia Della Mea Gaitán. Espero que alguno agregue más de las muchas cosas que hay en una vida dedicada a querer a su glorioso.
No hay otra forma de terminar, GRACIAS VIEJO POR HABERME HECHO MANYA - VIVA PEÑAROL CARAJO

Blogger El Ale dijo...

Buena Panchito! Hasta parece que supieras escribir. Muy lindos recuerdos, a los que voy a agregar el de la "calle del uno a cero" (creo que era Manuel R. Alonso) donde nuestro viejito trataba de estacionar cuando el partido era en el Centenario, en un año en que Peñarol ganaba casi siempre por ese resultado, creo que fue el '68 cuando el Chiquito Mazurka estuvo 987 minutos sin recibir goles y se consiguió el uruguayo en forma invicta. Otro es el de aquel dúo de personajes, uno de los cuales iba en silla de ruedas y el otro proveía la fuerza motriz empujando, con quienes a veces se compartía parte del camino a la salida del Centenario, cuando se iba por Vidal y Fuentes y se doblaba por Mac Eachen, y en un clásico que no nos había ido muy bien, desde un auto de hinchas de los que te dije les gritaron algo, a lo que el componente inválido del dúo respondió con una serie interminable de insultos tal que llamó la atención de todos los que estábamos en los alrededores, cuando el caminante que empujaba se percató de la situación, a modo de disculpa profirió la famosa frase: "La curtura Carlitos!"

3.3.06  
Blogger nart dijo...

Si! Buenas palabras del Panchito y del Ale!
Hablar del sentimiento de nosotros a Peñarol trae inmediatamente aparejado el amor profesado a nuestro Viejo. Sin lugar a dudas si él en sus años de gurí hubiera optado por seguir a otro cuadro hoy dia su familia vestiria otros colores, aunque cueste mucho esfuerzo imaginarse a Papa sin Peñarol y además por un momento lograr abstraerse de lo que corre por nuestras venas. Los sentimientos se educan hasta con el café con leche de todas las mañanas como dice Serrat , no es fortuito que uno ame algo, existen razones atrás de ello, y luego del convencimiento el cariño se va transformando en amor y apoyo incondicional a los colores, no importan los triunfos, lo que uno mide en la cancha es la actitud de los jugadores y el transpirar de la camiseta dejando hasta la ùltima gota, símbolo del origen obrero del cuadro mirasol. Y como dijo el Panchito nuestro amor a Peñarol viene de lo enseñado por el viejo, de sus actitudes (tomándose el trabajo de cruzar la franja roja en diagonal) , de llevarnos a ver a su querido Peñarol bajo sol y lluvia , aunque fuésemos chicos y lo distrajeramos pidiéndole para ir al baño y lo dejáramos sin poder ver algún gol o jugada de Spencer, Rocha y tantos monstruos de esa época de oro en la que nos fuimos forjando. Y me acuerdo de la Ámsterdam y los juegos con chapitas de Coca Cola con el Panchito y el Pulga, de cuando no habia separación de hinchadas en los clásicos (del consejo y orden del viejo “alienten sin insultar a los rivales”). Como ha cambiado todo! Sin embargo, para quienes estamos de este lado del océano (vayamos o no al estadio) y para quienes se encuentran del otro, nuestro amor por los colores se mantendrá y se transmitirá y luchará para inculcar a las nuevas generaciones de Della Mea manteniendo la identificación del apellido con los colores amarillo y negro. Evidentemente debemos agradecer a nuestro Querido Viejito y a su Amada que nos ayudaron a SER de Peñarol y tambien ayudaron y ayudan a inculcar a nuestros hijos ese amor a la enseña oro y negro. Por ejemplo no en vano tanto Luca como Renzo fueron fichados por el Nono como socios de Peñarol antes de ser inscriptos en el registro Civil.
!VIVA PEÑAROL!

5.3.06  
Blogger El Pancho dijo...

Siguen surgiendo recuerdos como el de "la curtura Carlitos". Año 1980 y pico y en la Amsterdam uno grita a Daniel Rodríguez: Coquito andate a la punta, a lo que otro responde: si andate a la punta que te parió.
Pero un capítulo especial se merece la foto publicada en esta entrada. Como dije deseaba colocarla ahí. Le comenté a Luciana sobra la misma y me dijo que se acordaba de ella pero tenía cuatro años y no se acordaba si la habíamos sacado nosotros o se había sacado con la cámara de los Nonnos. Esta última era, para mí la más probable. Antes de ponerme a revolver las bandejas del ropero de la Nonna, limpiando el escritorio del Viejo en Ottado y Garrido aparecieron varios sobres de negativos los cuales fuí apartando para guardarlos y salvarlos del destino del contenedor de basura de papeles de las décadas del 60, 70 y 80 que hacían del escritorio un lugar prácticamente impenetrable. De todos esos negativos solo me dió por ver unos y allí estaba esta foto que buscaba. Por qué se dió eso, no lo sé pero hubo algo que me llevó a encontrarla. Ustedes dirán que fué..... PEÑAROL QUE NO NI NO!!!!!!!!!!!!!

6.3.06  
Blogger nart dijo...

Sin lugar a dudas Panchito yo creo firmemente que existe un Angelo haya arriba como dijo Carlita y este tiene los colores carboneros en su pecho

9.3.06  

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