Una escapada andaluza

La semana pasada tuve que viajar por trabajo a Sevilla, en la foto se ve el símbolo de esta ciudad, la Giralda, tomada desde la Puerta del Perdón de la Catedral, que a esa hora de la noche del lunes ya estaba cerrada, pero el portero me dijo que se podía visitar al día siguiente sólo hasta las 2 porque después había ensayo de saeta (preparándose para esta Semana Santa), ante la curiosidad de quienes se habían acercado a la puerta en ese momento, explicó que saeta es un palo del flamenco donde el pueblo andaluz le canta al Cristo, que al ensayo se podía asistir sólo por invitaciones y que probablemente quedaran algunas disponibles en El Corte Inglés. En mis planes estaba ir a un espectáculo de flamenco porque me gusta el cante como a vos y porque lo llevo en la sangre como tu amada, y nunca había tenido la oportunidad de hacerlo en diez años que llevo visitando estas tierras. Pero no pudo ser, ya que viajando por trabajo uno se ata un poco a la compañía, que finalmente no aprobó la moción, será para la próxima vez en la que mis ojos, oídos y corazón serán también los tuyos para disfrutarlo. Nuestro segundo apellido (el de tu amada) indica claramente la proveniencia del puerto oceánico más grande de Andalucía, y por este simple hecho no puedo dar una opinión objetiva de lo poco que conozco de la región, porque es una tierra que yo ya quería antes de conocerla, y ahora, después de haberlo hecho puedo testimoniar que es hermosa y que lo mejor que tiene es su gente, que logra siempre hacerme sentir en mi casa.